Nuramay Logo
English Español Català Asturias
Inicio Letras Contactos
LA GALLARDA

Estaba un día Gallarda
en su ventana florida
peinaba cabellos rubios
que de oro parecían.

Paseaba un caballero
calle abajo, calle arriba.
“Suba, suba, caballero,
por la salud de su vida”.

El hombre se hizo valiente
y ha subido por su vida.
Y ha visto siete cabezas
colgaditas de una viga.

“¿De quién son esas cabezas?,
dímelo, Gallarda mía”.
“Son de los siete leones
que la reina se comía”.

“La reina no come eso,
dímelo, Gallarda mía”.
“Son de mi padre y mi madre,
de mis abuelas y tías”.

“Hazme la cama, Gallarda”
Gallarda la cama hacía
y entre colchón y colchón
un puñal de oro escondía.

A eso de la medianoche
Gallarda se refulgía.
“¿Qué te refulges, Gallarda,
y toda tu gallardía?”.

“Estoy buscando el rosario
que en devoción lo tenía”.
“Tú no buscas el rosario,
dímelo, Gallarda mía”.

“Estoy buscando el puñal
para quitarte la vida”.
“Yo te la quitaré a ti,
Gallarda, porque es mi vida”.

Le dio siete puñaladas
de la menor moriría.
“Portero, ábreme la puerta,
portero de portería”.

“Esas puertas no se abren
hasta que no raye el día,
que si Gallarda se entera,
la vida nos quitaría”.

“Si Gallarda ya está muerta,
en el suelo está tendida,
tiene siete puñaladas,
de la menor moriría”.

gallarda